martes, 7 de mayo de 2013

SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE


El síndrome de intestino irritable (SII), también conocido como síndrome de colon irritable, colitis mucosa, estómago nervioso, colon espástico, colitis espástica y colon o intestino irritable, es un trastorno funcional síndrome  que no una enfermedad, crónico y de origen desconocido.

El origen es desconocido, pero sí que se han identificado varios desencadenantes y/o agravantes, como por ejemplo el estrés, conflictos o desequilibrios emocionales, la dieta, intolerancias alimentarias, hábitos tóxicos (cafeína, alcohol,
tabaco) y haber sufrido una infección intestinal. Investigaciones recientes parecen indicar que los afectados por SII tienen una actividad receptiva menor a la serotonina, haciendo que los niveles de este neurotransmisor sean anormales en el tracto digestivo del afectado.

El SII es dos veces más común en las mujeres que en los hombres y suele empezar antes de los 35 años de edad en el 50% de los casos.

Los síntomas son varios: dolor abdominal que suele mejorar con las deposiciones, cólicos, hinchazón, flatulencia, diarrea, estreñimiento o alternancia
entre ambos, fatiga, mucosidad en las heces, sensación de que no se completa
la evacuación, etc.

El diagnóstico médico se hace por exclusión, es decir, como no existe alteración del tejido intestinal, las pruebas que se hacen (análisis de sangre, radiografías
con contraste, endoscopias, colonoscopias, etc.) son para descartar otras enfermedades que podrían cursar con los mismos síntomas.


EL OSTEÓPATA TRATA:

La inervación del sistema gastrointestinal. Para que una parte de nuestro cuerpo funcione bien, la información que le llega debe ser correcta y estar regulada.
Para ello se tratan la columna dorso lumbar, la pelvis y zona cervical dándoles la movilidad correcta para un buen funcionamiento. De columna dorso lumbar y pelvis proviene gran parte de la información neurovegetativa ortosimpática y parasimpática de este sistema. Otra parte proviene del nervio vago que sale del cráneo, desciende por el cuello y atraviesa el tórax para llegar a parte de las vísceras.
Otra parte importante es el diafragma. Éste es un músculo que separa el tórax del diafragma, importantísimo para la respiración y que debe funcionar correctamente para que las vísceras abdominales se muevan libremente. Muchas de ellas se anclan en él directamente.
Para tratar el diafragma primero liberaremos el nervio que se encarga de su correcto funcionamiento .Daremos movilidad a sus inserciones.
Después trabajaremos directamente sobre el músculo. El diafragma debe trabajar conjuntamente con el suelo pélvico. Ésto son un conjunto de músculos que se encuentran en la pelvis y se encargan de la correcta defecación, micción y función de nuestro órganos reproductores entre otras funciones.
Le daremos movilidad a la pelvis.
Enseñamos al paciente el correcto funcionamiento del suelo pélvico y diafragma con una serie de ejercicios posteriormente al trabajo manual del terapeuta.
Después de todo esto, se tratan las vísceras directamente dándoles movilidad manualmente con técnicas tolerables para cada paciente. La intensidad de éstas variará dependiendo del estado del paciente y de la víscera en cuestión.


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