martes, 30 de abril de 2013

LESIÓN DE MENISCOS


Los meniscos son dos pequeñas estructuras que tenemos en cada rodilla, en forma de medialuna, que sirven para trasmitir las fuerzas entre el fémur y la tibia, y son además estabilizadores de la rodilla. Tienen también la función de distribuir el líquido sinovial a través de la rodilla. Los meniscos resisten grandes cargas de compresión. Absorben parte de la energía cuando saltamos.

La lesión de menisco aparece como resultado de la fuerza compresión, tracción o por una combinación de ambas. La lesión es el resultado de la acción del peso corporal combinada con los movimientos incorrectos. La combinación del peso corporal con el esfuerzo rotacional con la rodilla estirada o flexionada pueden lesionar los meniscos.

¿Cómo se si tengo una lesión en el menisco?

Cuando la lesión acaba de suceder, la persona siente un dolor agudo en la rodilla, que posteriormente se va inflamando. Esta inflamación dificulta doblar la rodilla, por el aumento de volumen de la misma . Cuando la lesión es crónica, se siente dolor en la rodilla, pero el síntoma más característico es el bloqueo, la persona siente que la rodilla se tranca, y tiene que hacer un esfuerzo para movilizarla.

Si el paciente acude con la rodilla bloqueada, lo primero que hay que hacer es reducir esa articulación para darle movilidad. El bloqueo debe reducirse en las primeras veinticuatro horas. Tras ese tiempo, el derrame sinovial produce una pérdida de elasticidad del menisco que dificulta el retorno a la posición normal.

La maniobra de reducción es muy dolorosa y en ocasiones requiere anestesia local. Esta técnica consiste en aplicar una tracción longitudinal con rotación simultánea en ambas direcciones con movimientos laterales; flexión completa de la rodilla, con rotación interna forzada si se está tratando un menisco interno (y rotación externa si se trata un menisco externo); y extensión forzada por parte del paciente. Para asegurarse que la rodilla está completamente reducida tendremos que compararla con la sana, asegurándonos de que los movimientos son completos en las dos.

Posteriormente procederemos a la recuperación de la rodilla con tratamiento Osteopático, no solo intentando quitar la inflamación y el dolor, sino con un estudio biomecánico completo para intentar averiguar la causa de la lesión e intentar evitar en el futuro recidivas de la misma.




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